Solicíta una consulta gratuita


Descarga nuestro Ebook: ¡Automatiza tu negocio de Alojamiento!

City Breaks de 8 horas: ¿La nueva frontera del turismo exprés?

Hay una nueva moda entre los viajeros más inquietos (y organizados): los “extreme day trips”. Una escapada relámpago en la que se vuela a una ciudad, se disfruta intensamente durante unas horas, y se vuelve a casa el mismo día. Sin hotel. Sin maleta. Sin pausa.

Creadores de contenido ya han convertido esta forma de viajar en todo un espectáculo. Sus vídeos mostrando viajes de 24 horas acumulan miles de visualizaciones. Y aunque esta tendencia parte desde Estados Unidos, lo cierto es que en Europa también empieza a despuntar esta tendencia, gracias a la corta distancia entre capitales y a la abundancia de vuelos low-cost.

Y claro, sobre el papel suena tentador:
✔️ vuelos baratos,
✔️ alertas de ofertas,
✔️ suscripciones a aerolíneas,
✔️ y trabajos en remoto que permiten flexibilidad.

Pero ¿hasta qué punto es viable hacer turismo de calidad en apenas ocho horas?
¿Y qué pasa cuando algo falla?

El lado bonito: adrenalina, ahorro y una buena historia que contar

Hay algo romántico y espontáneo en esta forma de viajar. La idea de aprovechar un lunes cualquiera para desayunar en Madrid y cenar en Roma sin reservar alojamiento ni perder días de vacaciones resulta muy atractiva para cierto perfil de viajero. Sobre todo para aquellos que buscan vivir lo esencial, hacer fotos, comer algo típico y volver a casa con la sensación de haber tachado una ciudad más del mapa.

Desde el punto de vista del consumidor, es una experiencia optimizada al máximo: bajo coste, planificación quirúrgica y cero compromisos logísticos.

El lado menos sexy: imprevistos, falta de profundidad y sostenibilidad

Pero, como consultora de alojamientos y viajera frecuente, me cuesta no pensar en los riesgos que conlleva este tipo de viajes.

🔴 ¿Qué pasa si se retrasa el vuelo?

Un pequeño fallo en los transportes y tu visita fugaz se convierte en una carrera contra el reloj… o en una noche inesperada durmiendo en un aeropuerto.

🔴 ¿Qué profundidad de experiencia se consigue en ocho horas?

En un mundo donde cada vez se valora más el turismo consciente, el contacto local y el consumo responsable… ¿encajan estos viajes exprés?

🔴 ¿Qué impacto dejan (o no dejan) en el destino?

Si no se duerme, no se compra, no se consume en profundidad… ¿cómo se benefician las ciudades pequeñas de estos visitantes relámpago?

¿Y si diseñamos para ellos?

Más allá de la crítica, hay una realidad: este perfil de viajero existe y va en aumento. Por tanto, los destinos y alojamientos pueden preguntarse:
👉 ¿Qué podemos ofrecerle a alguien que solo pasará unas horas?
👉 ¿Cómo podemos monetizar el paso fugaz sin depender de la pernoctación?

Aquí algunas ideas:

  • Paquetes exprés: experiencias curadas de 3-4h que incluyan comida local, visita cultural y traslado al aeropuerto.
  • Taquillas seguras, duchas y “day pass” para trabajar o descansar en alojamientos sin necesidad de reserva completa.
  • Contenidos digitales autoguiados para descubrir la ciudad a ritmo personal.
  • Tiendas locales con propuestas que puedas llevar contigo, sin necesidad de gran equipaje.

Una reflexión final

Quizá no todos los viajes necesiten una noche. Pero sí deberían tener sentido.
La pregunta no es si estos city breaks exprés son buenos o malos, sino cómo podemos hacer que aporten valor a todos los implicados: destinos, negocios locales… y viajeros.

Porque, al fin y al cabo, viajar no debería ser solo coleccionar destinos, sino crear recuerdos.

¿Qué opinas tú de esta tendencia? ¿Estás a favor de los viajes relámpago o prefieres tomarte tu tiempo para saborear cada lugar?

Déjamelo en comentarios. Y si eres alojamiento independiente, ¿te interesaría preparar una propuesta para este tipo de turista? Escríbeme, ¡puedo ayudarte a diseñarla!